Los champús orgánicos son aquellos que no han sido elaborados con procesos químicos y que, por tanto, están libres de productos sintéticos. Algunos de estos productos químicos, como los parabenos o la dietanolamina, tienen efectos negativos en nuestro pelo. Al ser utilizados de manera regular, se puede sufrir sequedad del pelo o empobrecimiento del cuero cabelludo, y pueden salir a la luz alergias o irritaciones.
Es por ello que los productos orgánicos son una opción que se ajusta a las necesidades de todos. Al carecer de ingredientes artificiales, los champús ecológicos son más respetuosos con nuestro organismo, y fortalecen nuestro pelo y nuestro cuero cabelludo, reparando en gran medida los daños causados por la exposición prolongada a productos químicos. Y además de ser buenos para nosotros, son limpios con el medio ambiente. Pero, ¿qué se le puede pedir a un champú orgánico? Aquí van los principales beneficios.
Pueden ayudar a prevenir la caída de pelo y enriquecer tu cuero cabelludo
Los champús orgánicos se emplean para combatir de manera eficaz la caída de pelo y nutren el cuero cabelludo. Con sus ingredientes naturales, los folículos capilares y las células epiteliales son tratados con minerales, vitaminas, aceites vegetales y extractos herbales que nuestro cuerpo agradecerá.
Además, en los últimos años este espectro del mercado se ha diversificado, gracias a la gran demanda experimentada, de modo que podemos encontrar multitud de opciones que se adapten a las necesidades de cada uno. Así, para estimular el crecimiento sano del pelo, por ejemplo, los champús creados a base de aceite de coco o aloe vera son la opción indicada. Para cada problema concreto, hay una solución especialmente diseñada. Solo hay que saber escoger
Una opción para acabar con la caspa
Y es que los extractos herbales y aceites naturales con los que están elaborados los champús orgánicos se utilizan para acabar con la proliferación de la sequedad del cuero cabelludo, responsable de la aparición de la caspa. Si se tienen problemas de caspa, los productos que contengan mantequilla de karité le ayudarán a hidratar y abrillantar su pelo, erradicando hasta la caspa más persistente.
Recomendados para los más pequeños de la casa
La naturaleza no invasiva de estos productos ecológicos convierte a los champús orgánicos en el producto perfecto no solo para las personas con alergias o problemas capilares, sino también para aquellos que tienen la piel más sensible: los niños y los bebés. Su ausencia total de productos químicos es ideal para proteger la delicada piel de los más pequeños. Es en estos primeros años de vida cuando más cuidado hay que tener con la piel, ya que es aún muy delicada y susceptible de la aparición de alergias o irritaciones que pueden tornarse recurrentes y acompañar a la persona de por vida. En lo que respecta al cuidado de tus hijos, solo los mejores productos deben ser los elegidos, garantizando un desarrollo pleno y saludable de tus pequeños.
Pueden reparar algunos daños causados por tratamientos capilares
Lo cierto es que, al tiempo que los champús orgánicos reparan años de abusos causados a tu pelo, ya sea por los químicos echados sobre el mismo o los productos tóxicos de los champús, también alargan la duración de tratamientos como tintes o cirugía capilar, permitiendo así mantener el cabello como a cada uno le guste. Además, favorecen el mantenimiento de los rizos hidratados y duraderos.
Son responsables con el medio ambiente
Al estar elaborados con productos 100% naturales, los champús orgánicos son total y absolutamente biodegradables. Esto quiere decir que, cuando son desechados, se descomponen en elementos naturales sin necesidad de ser procesados de ninguna manera, colaborando con la preservación del medio ambiente. Algunos productos se venden además en envases reciclables y no experimentan con animales para sacar adelante sus champús. Porque al mismo tiempo que se cuida piel, uno puede cuidar su planeta sin grandes complicaciones.
Por lo tanto, los champús orgánicos resultan ser un producto muy beneficioso para el pelo, aunque siempre es aconsejable consultar a un dermatólogo para tratar problemas específicos.