La miel es muy sabrosa y está presente en muchos platos de cocina. Sin embargo, no es su única propiedad, ya que la miel también funciona como un antibiótico totalmente natural.
Si no estás acostumbrado a consumir miel o no sueles cocinar con ella, deberías planteártelo e incluirla en tu dieta, ya que puede aportarte muchísimos beneficios. Quédate hasta el final de este post y conócelos todos.
¿Por qué es la miel un antibiótico natural?
La miel contiene hasta trece bacterias de ácido láctico, cuya función es producir la acción antimicrobiana que se requiere en función del tipo de bacterias que haya que combatir. En un estudio, los investigadores trataron heridas de 22 pacientes con estas bacterias de ácido láctico y encontraron que los resultados obtenidos eran comparables a los que producen los antibióticos sintéticos tradicionales. Además, también se utilizó para curar heridas en caballos que no terminaban de cicatrizar por sí solas, siendo los resultados de nuevo positivos.
No obstante, cabe advertir que no puedes conseguir estos resultados con el clásico bote de miel que todos tienen en casa. Los investigadores también quisieron advertir que para que la miel surtiese dicho efecto, debe ser fresca y totalmente pura. Vamos, que casi es necesario sacarla del panal y aplicarla al instante.
¿Qué más puede aportarte la miel?
Además de esas trece bacterias de ácido láctico, la miel también contiene vitamina A, B2, B3, B5 y vitamina C, por lo que es una buena opción para combatir organismos nocivos como la salmonela y la escherichia coli. También contribuye a la digestión correcta de los alimentos. Seguro que también has utilizado alguna vez la miel para combatir gripes, resfriados u obstrucciones en las vías respiratorias, ya que es un remedio casero muy socorrido.
Puedes utilizar la miel para el cuidado de tu piel, ya que evita posibles infecciones y elimina aquellas bacterias que puedan afectar a tu belleza. Además, ayudan a cicatrizar y a tratar quemaduras y heridas.
¿Qué más se le puede pedir a la miel? Durante años ha sido un alimento muy sabroso y nutritivo y ahora también se le han descubierto propiedades medicinales y antibióticas. Es muy fácil acceder a miel a través de los supermercados, pero si también tienes la posibilidad de disponer de miel pura y fresca, no pierdas la oportunidad y utilízala en tu beneficio y en el de las personas que te rodean.
